“Ohäpehen honhat lhawo. Somos las flores de la tierra”.
El pueblo Wichí tiene una profunda conexión espiritual con sus tierras ancestrales. Consideran a la tierra su proveedora benevolente, quien les otorga abundancia.
Como sociedad de cazadores y recolectores, los Wichí habitan la vasta región del Gran Chaco en el norte de Argentina, una tierra atravesada por los ríos Pilcomayo y Bermejo. Estas vías fluviales vitales nutren los frondosos bosques y montes que conforman lo que se conoce como “El Impenetrable”: un entorno natural de clima desafiante, pero rebosante de vida silvestre y rico en recursos naturales.
Lamentablemente, en los últimos años, el gobierno de Salta ha permitido la deforestación indiscriminada de miles de hectáreas de estos valiosos bosques, una práctica alarmante que continúa hasta el día de hoy. El avance implacable del agronegocio amenaza el modo de vida ancestral de los Wichí, ya que la desaparición del bosque obstaculiza el acceso a los recursos que históricamente los han sostenido como sociedad recolectora y cazadora.
Para los Wichí, el bosque no es solo un recurso: es la esencia misma de su existencia. Su vida está entrelazada con el monte, y su herencia ancestral profundamente arraigada en estas tierras. Junto al bosque y los ríos, continúan cazando y pescando, preservando su rica cultura y sus tradiciones contra todo pronóstico.
Salta, Argentina.
© Nicolás Preci